Soluciones contra el
calentamiento global
Las
pruebas de que los seres humanos estamos provocando el calentamiento global son
concluyentes, pero la cuestión de qué se puede hacer al respecto sigue creando
polémica. La economía, la sociología y la política son factores importantes a
tener en cuenta a la hora de planificar el futuro.
Incluso
si dejásemos de emitir gases invernadero (GEI) hoy mismo, la temperatura de la
Tierra aún subiría algo más de medio grado centígrado. Aun así, lo que se haga
a partir de ahora supone una gran diferencia. Dependiendo de las opciones que
tomemos, los científicos prevén que la temperatura de la Tierra podría aumentar
al final tan sólo cerca de 1,5 o incluso
hasta 5.
Un
objetivo que se suele citar al respecto es el de estabilizar las
concentraciones de GEI en unas 450-550 partes por millón (ppm), o alrededor del
doble de los niveles preindustriales. Se considera generalmente que de ese modo
se podrían evitar los efectos más dañinos del cambio climático. Las
concentraciones actuales rondan las 380 ppm, lo que significa que no hay mucho
tiempo que perder. Según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático), deberíamos reducir las emisiones de GEI entre un 50% y un
80% de lo que llevan camino de ser durante el próximo siglo si queremos alcanzar
los niveles mencionados.
¿Es esto posible?
Muchos
ciudadanos y gobiernos están trabajando intensamente para reducir los gases de
efecto invernadero, y todo el mundo puede contribuir.
Existen
muchos sectores posibles, entre los que se incluyen mejoras en la eficiencia
energética y en economía de combustible (de forma que se tenga que producir
menos energía), y aumentos en energía solar y eólica, en el hidrógeno producido
mediante fuentes renovables, en biocombustibles (obtenidos de los cultivos), en
gas natural y en energía nuclear. También existe la posibilidad de recoger el
dióxido de carbono que emiten los combustibles fósiles y almacenarlo bajo
tierra, proceso denominado “secuestro de carbono”.
Además
de reducir los gases que enviamos a la atmósfera, podemos también aumentar la
cantidad de gases que quitamos de la atmósfera. Las plantas y los árboles
absorben CO2 a medida que crecen, con lo que “secuestran” carbono de forma
natural. Un aumento de áreas boscosas y la aplicación de ciertos cambios en la
agricultura podrían incrementar la cantidad de carbono que almacenamos.
Algunas
de estas tecnologías presentan inconvenientes, y las diferentes comunidades
tomarán medidas diferentes sobre cómo obtener la energía, pero la Buena noticia
es que existe una gran variedad de opciones para que nos dirijamos a la
consecución de un clima estable.
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