miércoles, 6 de junio de 2018

Cómo afecta el calentamiento global a los animales

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El clima cambia a un ritmo sin precedentes y no todos los animales se pueden adaptar a tiempo. (Ni todas las plantas.) Las actividades humanas provocan el cambio climático, pero los más perjudicados son los animales (a corto plazo; a largo plazo, la humanidad se enfrenta a un problema que quizá no tenga solución).

Tanto los animales terrestres como los marinos se ven afectados por el calentamiento global. En general, el cambio en el clima les afecta en dos vertientes: su distribución y la relación con sus hábitats naturales, y su comportamiento. Si no se detiene el cambio climático, una cuarta parte de las especies del planeta (entre animales terrestres, aves y plantas) podría extinguirse. La única solución es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de una forma radical. Lógicamente, habrá diferencias según las regiones. Hay otros factores que afectan (y se suman al cambio climático) a la extinción de especies, como el uso del suelo, la pérdida de hábitat o la contaminación, así como la propia capacidad de adaptación de los animales. Por ejemplo, en los bosques húmedos de Queensland (Australia), el riesgo de extinción está muy relacionado con el cambio climático. En cambio, en un lugar muy distinto, como es la selva brasileña, la destrucción del hábitat afecta más que el fenómeno climático. Por último, en el sur de África, las especies originales se extinguirán debido al cambio en el uso del suelo. Aunque hay que aclarar que son fenómenos relacionados y todos contribuyen a la extinción.

Algunas especies ya han desaparecido a causa del cambio climático, como el sapo dorado (Bufo periglenes) o la rana arlequín (Atelopus varius) en Costa Rica. En algunos casos, no desaparecería una especie, sino todo un ecosistema, como ocurre con los arrecifes de coral, en peligro por el calentamiento global y la acidificación de las aguas de los océanos.

El calentamiento global afecta especialmente a los mares fríos y a las comunidades polares. Por ello, algunas especies están en mayor peligro que otras. Los osos polares en la bahía de Hudson, en Canadá, pierden peso porque el hielo se rompe dos semanas antes, lo que significa que tienen dos semanas menos para cazar y comer.

Otras especies optan por cambiar de hábitat. Es lo que ocurre con algunas poblaciones de peces que solían permanecer en Cornwall, en el suroeste de Gran Bretaña, y que se han desplazado hasta el norte de las islas Shetland, al norte de las islas británicas.

La temperatura media de la Tierra aumenta y el hábitat óptimo para muchas especies se desplaza más arriba en las montañas o más hacia los polos. Pero el planeta es finito y las especies que huyen del cambio climático se quedarán sin posibilidad de escape. Un precipicio. Un callejón sin salida.



Soluciones contra el calentamiento global


Soluciones contra el calentamiento global

Las pruebas de que los seres humanos estamos provocando el calentamiento global son concluyentes, pero la cuestión de qué se puede hacer al respecto sigue creando polémica. La economía, la sociología y la política son factores importantes a tener en cuenta a la hora de planificar el futuro.

Incluso si dejásemos de emitir gases invernadero (GEI) hoy mismo, la temperatura de la Tierra aún subiría algo más de medio grado centígrado. Aun así, lo que se haga a partir de ahora supone una gran diferencia. Dependiendo de las opciones que tomemos, los científicos prevén que la temperatura de la Tierra podría aumentar al final tan sólo cerca de 1,5  o incluso hasta 5.
Un objetivo que se suele citar al respecto es el de estabilizar las concentraciones de GEI en unas 450-550 partes por millón (ppm), o alrededor del doble de los niveles preindustriales. Se considera generalmente que de ese modo se podrían evitar los efectos más dañinos del cambio climático. Las concentraciones actuales rondan las 380 ppm, lo que significa que no hay mucho tiempo que perder. Según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), deberíamos reducir las emisiones de GEI entre un 50% y un 80% de lo que llevan camino de ser durante el próximo siglo si queremos alcanzar los niveles mencionados.

¿Es esto posible?

Muchos ciudadanos y gobiernos están trabajando intensamente para reducir los gases de efecto invernadero, y todo el mundo puede contribuir.

Existen muchos sectores posibles, entre los que se incluyen mejoras en la eficiencia energética y en economía de combustible (de forma que se tenga que producir menos energía), y aumentos en energía solar y eólica, en el hidrógeno producido mediante fuentes renovables, en biocombustibles (obtenidos de los cultivos), en gas natural y en energía nuclear. También existe la posibilidad de recoger el dióxido de carbono que emiten los combustibles fósiles y almacenarlo bajo tierra, proceso denominado “secuestro de carbono”.

Además de reducir los gases que enviamos a la atmósfera, podemos también aumentar la cantidad de gases que quitamos de la atmósfera. Las plantas y los árboles absorben CO2 a medida que crecen, con lo que “secuestran” carbono de forma natural. Un aumento de áreas boscosas y la aplicación de ciertos cambios en la agricultura podrían incrementar la cantidad de carbono que almacenamos.

Algunas de estas tecnologías presentan inconvenientes, y las diferentes comunidades tomarán medidas diferentes sobre cómo obtener la energía, pero la Buena noticia es que existe una gran variedad de opciones para que nos dirijamos a la consecución de un clima estable.



Efectos del calentamiento global



Calentamiento Global





Calentamiento global y cambio climático se refieren al aumento observado en más de un siglo de la temperatura del sistema climático de la Tierra y sus efectos.​ Múltiples líneas de pruebas científicas demuestran que el sistema climático se está calentando.​ Muchos de los cambios observados desde los años 1950 no tienen precedentes en el registro instrumental de temperaturas que se extiende a mediados del siglo XIX ni en los registros proxy paleo climáticos que cubren miles de años.

         La mayor influencia humana ha sido la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, metano y óxido de nitrógeno. Las proyecciones de modelos climáticos resumidos en el AR5 indicaron que durante el presente siglo la temperatura superficial global subirá probablemente 0,3 a 1,7 °C para su escenario de emisiones más bajas usando mitigación estricta y 2,6 a 4,8 °C para las mayores.6​ Estas conclusiones han sido respaldadas por las academias nacionales de ciencia de los principales países industrializados y no son disputadas por ninguna organización científica de prestigio nacional o internacional.

El cambio climático futuro y los impactos asociados serán distintos en una región a otra alrededor del globo. Los efectos anticipados incluyen un aumento en las temperaturas globales, una subida en el nivel del mar, un cambio en los patrones de las precipitaciones y una expansión de los desiertos subtropicales. Se espera que el calentamiento sea mayor en la tierra que en los océanos y el más acentuado ocurra en el Ártico, con el continuo retroceso de los glaciares, el permafrost y la banquisa. Otros efectos probables incluyen fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, tales como olas de calor, sequías, lluvias torrenciales y fuertes nevadas;​ acidificación del océano y extinción de especies debido a regímenes de temperatura cambiantes. Entre sus impactos humanos significativos se incluye la amenaza a la seguridad alimentaria por la disminución del rendimiento de las cosechas y la pérdida de hábitat por inundación.


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