Los glaciares se están
derritiendo, el nivel del mar aumenta, las selvas se están secando y la fauna y
la flora lucha para seguir este ritmo. Cada vez es más evidente que los humanos
han causado la mayor parte del calentamiento del siglo pasado, mediante la
emisión de gases que retienen el calor, para potenciar nuestra vida moderna.
Llamamos gases de invernadero y sus niveles son cada vez más altos, ahora y en
los últimos 65.000 años.
Llamamos al resultado
calentamiento global pero está provocando una serie de cambios en el clima de
la Tierra o patrones meteorológicos a largo plazo que varían según el lugar.
Conforme la Tierra gira cada día, este nuevo calor gira a su vez recogiendo la
humedad de los océanos, aumentando aquí y asentándose allá. Está cambiando el
ritmo del clima al que todos los seres vivos nos hemos acostumbrado.
¿Qué haremos para
ralentizar este calentamiento? ¿Cómo vamos a sobrellevar los cambios que ya
hemos puesto en marcha? Mientras intentamos entenderlo, la faz de la Tierra tal
y como la conocemos, sus costas, bosques, haciendas y montañas nevadas están en
vilo.
¿No son naturales los cambios de temperatura?
La temperatura media
global y las concentraciones de dióxido de carbono (uno de los principales
gases de invernadero) han fluctuado en un ciclo de cientos de miles de años
conforme ha ido variando la posición de la Tierra respecto del sol. Como
resultado, se han producido las diferentes edades de hielo.
Sin embargo, durante
miles de años, las emisiones de GEI a la atmósfera se han compensado por los
GEI que se absorben de forma natural. Por lo tanto, las concentraciones de GEI
y la temperatura han sido bastante estables. Esta estabilidad ha permitido que
la civilización humana se haya desarrollado en un clima consistente.
En ocasiones, otros
factores tienen una influencia breve sobre la temperatura global. Las
erupciones volcánicas, por ejemplo, emiten partículas que enfrían temporalmente
la superficie de la Tierra. No obstante, éstas no tienen un efecto que dure más
de unos cuantos años. Otros ciclos, como El Niño, también se producen de manera
breve y en ciclos predecibles.
Ahora los humanos han
aumentado la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera más de un tercio
desde la revolución industrial. Estos cambios tan significativos se han
producido históricamente en el trascurso de miles de años pero ahora se
producen en tan solo unas décadas.
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